Nuestra Aula Montessori
El
Aula Montessori del Colegio es una clase encantadora, un lugar de calma, de
juego, en la que el protagonista es el niño y sus intereses. Está destinada para todos los alumnos del 2º ciclo de Infantil. Inspirada en
la pedagogía Montessori, considera al niño como un individuo completo que
debemos acompañar hacia su autonomía, respetando sus necesidades de
aprendizaje.
María
Montessori nació en 1890 y fue la primera mujer médico de Italia. Observó el
funcionamiento del niño y comprendió cómo acompañarlo en el desarrollo de su
inteligencia y de su personalidad. Convertida en una brillante educadora y
filósofa, se comprometió totalmente con el respeto del niño como persona
individual.
En
1907 creó la primera “Casa de los Niños” (Casa dei Bambini) en un barrio
popular de Roma. Sobre 1914 residió en Estados Unidos, dónde creó un colegio
para formar a los profesores. En 1929 fundó la Asociación Montessori
Internacional, cuyos objetivos eran los de propagar y promover los principios
pedagógicos que aseguran el pleno desarrollo del ser humano. En 1936 la Italia
fascista condena y cierra todas las escuelas Montessori. María se instala en
los Países Bajos y luego en la India, donde crea numerosas escuelas. En 1952
vuelve a Italia pero prefiere instalarse en los Países Bajos, donde murió a la
edad de 82 años.
Hoy
en día existen más de ocho mil escuelas Montessori por todo el mundo.
María
Montessori elaboró una pedagogía nueva, científica, que revolucionó el mundo de
la educación y que hoy en día sigue vigente abalada por la Neurociencia. Según
Steve Hughes, ex presidente de la Academia Americana de Neuropsicología Pediátrica,
afirma que la pedagogía Montessori es el “mejor método de aprendizaje basado en
el desarrollo del cerebro”. Algunas de las razones se resumen en:
1) la importancia
de las manos y la manipulación como la principal entrada de información al
cerebro;
2)
los períodos
sensibles de 0 a 6 años en los que el niño muestra un especial interés por una
determinada actividad;
3) el trabajo
con materiales sensoriales para favorecer el desarrollo de las redes
neuronales;
4) la capacidad
del niño de absorber todo lo que está a su alrededor a través de la observación,
la imitación y la interacción (mente absorbente);
5) y la práctica
de las funciones ejecutivas (capacidades mentales encargadas de resolver los
problemas que se nos presentan en el día a día) Éstas últimas funciones han de
desarrollarse desde pequeño y nos preparan para la vida adulta desde lo que María
llama “un ambiente preparado”.
“Grazie mille dottoressa”
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